Nuestro proyecto educativo tiene como punto de partida una educación centrada en la persona para ayudarle en su proceso de apertura a la realidad desde un desarrollo integral y armónico. Todo ello desde una metodología activa, atendiendo a la dimensión individual y social de la persona.

Respeto a la diversidad y al ritmo propio.
Cada alumno/a es único, por lo tanto su desarrollo madurativo sigue su ritmo propio. 

A través de la flexibilidad en el trabajo y el estímulo pretendemos que cada uno llegue a dar de sí todo lo bueno que pueda dar. 

La valoración del esfuerzo propio y ajeno supera la competitividad y fomenta la colaboración y la ayuda mutua.

Desarrollo del pensamiento crítico.
El análisis de la realidad personal y social desde una interiorización crítica es un medio importante para desarrollar un juicio propio con el que poder autosuperarse y colaborar posi­tivamente en la mejora de la sociedad.

Responsabilidad. 
Desde un clima educativo de libertad y expansión, el alumno/a, asume personalmente las consecuencias de sus acciones y sabe responder de ellas ante sí mismo y ante los demás.

Apertura al entorno.
Se pretende que los alumnos vivan las realidades humanas físicas y culturales que les rodean siendo sensibles a ellas y que se comprometan activamente, según sus posi­bilidades, en la mejora del ambiente y de la vida humana.

Educación de las actitudes.
Mediante una educación de las actitudes, se potencian valores tales como el sentido de la fraternidad, la solidaridad, la capacidad de admiración y asombro, la atención y la confianza, para descubrir, con mirada siempre nueva, lo bueno en todo lo que les rodea.

Trabajo en equipo.
La aportación de cada uno en un trabajo colectivo y coordinado fomenta los valores de la solidaridad, el servicio, la cooperación y el respeto mutuo y ayuda a un mayor enriquecimiento del trabajo personal.

Coeducación.
A través de la valoración real de cada sexo, en un sistema coeducativo, se orienta al alumno/a hacia un conocimiento de sí mismo y del otro, junto a una aceptación del propio sexo, promoviendo la apertura a modos de relación que despierten actitudes de respeto, autoestima y complementariedad.

Creatividad.
En un ambiente de libertad, los alumnos/as captan progresivamente el universo de una manera personal y lo traducen en una expresión propia y creativa que les ayude en su autorrealización.