Nuestros oferta educativa se configura desde unos ejes fundamentales que emergen de la pedagogía povedana como respuesta a las demandas educativas actuales:
- Una escuela inclusiva, donde no se trata a los diferentes, sino donde se trabaja con la diferencia. Donde se tiene en cuenta la diferencia (cultural, de capacidades, de intereses, creencias, etnias…) como punto de partida , como un hecho natural y como un valor social.
- Una escuela democrática y participativa en la que se fomentan los comportamientos asertivos, el diálogo y la resolución de conflictos por medios pacíficos. En la que educan el clima, el contexto, los docentes y los no docentes, las actividades escolares y las extraescolares, donde se implica toda la Comunidad Educativa.
- Una escuela comprometida con la sociedad cercana, que educa con una actitud crítica, activa y responsable.
- Una escuela innovadora y abierta a los valores emergentes: que trabaja metodologías coherentes con el desarrollo de competencias, incorpora las nuevas metodologías en el aula, plantea innovaciones de forma sistemática a partir de la evaluación de la propia práctica.
- Una escuela reflexiva en la que el profesorado es el elemento clave de la acción educativa, el que hace posible que los planteamientos pedagógicos puedan hacerse realidad. Un profesor que acompaña, apoya, facilita el proceso de crecimiento, del alumno. Consideramos al profesor como colaborador activo y responsable de hacer vida el Proyecto Educativo de Poveda. Un profesorado con conciencia de equipo que reflexiona sobre su propia práctica y al que le interesa formarse de manera permanente para poder dar respuesta a los retos que nos pone la tarea educativa en esta sociedad viva y cambiante.
- Y atravesándolo todo, una escuela cristiana que promueve la vivencia, la experiencia y la expresión de la fe. Una Escuela en la que todos los procesos educativos tienen como eje y fundamento la dimensión cristiana y evangelizadora.
San Pedro Poveda
Pedro Poveda (Linares, 1874 – Madrid, 1936), fue un sacerdote tenaz e innovador que abrió caminos en el campo educativo y en defensa de los derechos de las mujeres en España a principios del siglo XX. Fue reconocido por la UNESCO como “Pedagogo y Humanista” y canonizado por el Papa San Juan Pablo II.
Tras ejercer su labor sacerdotal en las marginales barriadas de las Cuevas de Guadix (Granada) y poner en marcha diversas iniciativas sociales y educativas, Poveda marcha a Covadonga (Asturias). Desde allí inicia un novedoso movimiento impulsado por mujeres jóvenes, origen de la Institución Teresiana.
Poveda vivirá la España convulsa de los años treinta donde los conflictos sociales, educativos y religiosos se agudizan hasta desembocar en una guerra civil. En ese contexto Poveda, hombre de paz, de diálogo y víctima de la violencia y la intolerancia, dejará una huella de luz y esperanza.
Para Poveda “La verdadera educación debe distinguirse por su carácter eminentemente humano y consiste en ayudar a los que han de vivir una verdadera vida humana”
(Boletín de la Academias Teresianas, octubre 1916)